En Busca de la Felicidad
Desde hace unos años sigo el
informe sobre el Estudio de Felicidad Mundial (Word Happines Report) realizado
por un grupo de expertos independientes que actúan a título personal
financiados por la ONU. Este se realiza en más de 157 y el mismo trata de estudiar
cuales son las razones y las variables que hacen que una población sea feliz,
entre los hallazgos más renombrados por esta investigación es el famoso país de
Butam, el cual uds sabrán fue quien reemplazó la medición de PBI (producto
bruto interno) por FIB (felicidad bruta interna).
En el estudio entre los países
medido se encuentra Argentina el cual en 2009 ocupaba el puesto 15, en 2012
paso a ocupar el puesto 17 y en 2015 el puesto 26, las razones a saber
coinciden con el último estudio realizado por la consultora CCR sobre realidades
sociales y toma como referencia variables parecidas al Word Happines Report. Si
bien la felicidad no es un constructo, el bienestar sí lo es. Los especialistas
y estudiosos como resumen conceptual entienden que la felicidad es la
consecuencia de un subjetivo bienestar, es decir la felicidad es un estado de
ánimo es “lo emocional”.
El estudio nos cuneta que en los
10 primeros países, las evaluaciones de vida media es de 7,4 en la escala de 0
a 10, mientras que para la parte inferior 10 de la media es la mitad, en el
3,4. Los países más chicos son típicamente caracterizados por su pérdida de
valores en las seis variables que se utilizan aquí para explicar las
diferencias internacionales (PIB per cápita, la esperanza de vida saludable, el
apoyo social, la libertad, la generosidad y la ausencia de corrupción) y, a
menudo se le suman a estas la violencia y la enfermedad. De la diferencia de 4
puntos entre los 10 superior e inferior, de los 10 países, más de las tres
cuartas partes se explica por diferencias en los seis variables, con un PIB per
cápita, el apoyo social y la esperanza de vida saludable de los mayores.
Cuando se vuelve a considerar los
cambios de evaluación de la vida para 126 países entre 2005-2007 y 2013-2015,
vemos una gran cantidad de evidencia de movimiento, incluyendo 55 ganadores y
45 importantes perdedores. Los ganadores superan en número a los perdedores en
especial en América Latina, la Comunidad de Estados Independientes, Europa
Central y del Este. Los perdedores superan en número a los ganadores en Europa
Occidental y en menor medida en el África subsahariana, Oriente Medio y África
del Norte. Los cambios en las seis variables claves explican una proporción
significativa de estos cambios, aunque la magnitud y naturalezas de las crisis
que enfrentan las naciones desde 2005 han sido tales que se muevan en algunos
países en forma negativa. Tomando los informes anteriores, seguimos viendo
evidencia de que las grandes crisis tienen el potencial de alterar las
evaluaciones de la vida de maneras muy diversas de acuerdo con la calidad
social e institucional.
En particular, como se muestra en
Informe de la felicidad Mundial de 2013 y la felicidad Mundial de 2015, hay
evidencia de que una crisis impuesta en una estructura institucional débil
puede llegar a perjudicar aún más la calidad de la ayuda a la construcción del
tejido social, si la crisis se desencadena genera la culpa y la contienda en
lugar de la cooperación y la reparación.
Por otro lado, si las
instituciones son subyacentes de calidad estándar, las crisis económicas y
naturales pueden dañar incluso los sectores productivos. Estas mejoras sociales
no sólo garantizan mejores respuestas a las crisis, sino que también tienen un
plus de felicidad, ya que la gente pone un valor real a la sensación de que
pertenecen a una cuidada y eficaz comunidad.
Con respecto a la desigualdad de
bienestar, medida por la desviación estándar de la vida, las evaluaciones
realizadas dentro de cada país, se encuentra con que varía según los países la
felicidad media y la desigualdad de ingresos. El informe argumenta que, así
como el subjetivo bienestar ofrece una amplia e inclusiva medida de la calidad
de vida que dan los ingresos, la desigualdad subjetiva del bienestar
proporciona, cuando es menor, una más inclusiva y significativa medida de la
distribución de bienestar entre individuos dentro de una sociedad.
Los informes anterior contrastan
y dejan en evidencia la convergencia global en la felicidad e igualdad, desde
la primera a la segunda mitad de los datos no ha habido aumento de la
desigualdad de felicidad dentro de la mayoría de los países, casi todas las
regiones, y para el mundo en su conjunto. Solamente una décima parte de los
países mostró una significativa reducción de la desigualdad de felicidad,
mientras que más de la mitad mostró un aumento significativo. Los universos en
su conjunto y 8 de las 10 regiones mundiales mostraron un aumento significativo
en el bienestar de desigualdad desde 2005-2011 a 2012-2015. Estos también
demuestran que una mayor desigualdad en el bienestar contribuye al bienestar
medio más bajo.
Las discusiones sobre la
desigualdad de ingresos y riqueza, por lo general se basan en qué hacer con
ellos, esto siempre recae en la solución de transferir recursos de ricos a
pobres para lograr una mayor igualdad. El aumento de igualdad en general no
requiere de la transferencia, ya que la construcción de la felicidad para
algunos no se basa en reducción de la felicidad de los demás. De hecho, uno de
los principales beneficios de ampliar el foco de atención de las políticas de
los ingresos y la riqueza es de subjetivo bienestar, ya que hay muchas formas
de mejorar la felicidad media, el aumento de la igualdad eleva a los que están
más abajo, sin que los demás pierdan lo que les pertenece o ganaron.
La orientación de las fuentes no
materiales del bienestar, son cuestiones de mayor amplitud y generan grandes
posibilidades para aumentarla, mientras que simultáneamente reduce el estrés
sobre los recursos materiales escasos. Se necesita mucha más investigación que
complemente la interrelación de los factores que determinan la desigualdad de
bienestar, pero no hay esperanza de que simplemente cambiando el enfoque de
desigualdad de rentas acelere la llegada de un momento en que la distribución
de bienestar se puede mejorar, en beneficio de las generaciones actuales y
futuras en todos los países.
Como antes mencione, la
consultora CCR público un informe sobre realidades sociales que habla del
bienestar de los argentinos en estos mercados de cambios, crisis y ruptura, el
informe resume que los argentinos ante estos escenarios buscan el resguardo en
lo privado, la familia, los amigos, el trabajo y que el dinero no es
determinante de la felicidad o el subjetivo bienestar.
Los soñadores creemos que la
felicidad está en lo esencial y ello es invisible a los ojos, los estudiosos
también.
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