Raviol de Fonda
Por: Andrés Ceballos
Me ha tocado trabajar con diversos tipos de empresarios, gerentes y directivos; algunos lograron mi admiración y respeto, de ellos aprendí diversos estilos de conducción o liderazgo. Algunos más conservadores, otros más innovadores, arriesgados, expeditivos, creativos, etc. diferentes pero todos estos, siempre pensando, si pensando en ser más competitivos, más organizados, más estratégicos, es decir agregando valor y contenido.
Me ha tocado trabajar con diversos tipos de empresarios, gerentes y directivos; algunos lograron mi admiración y respeto, de ellos aprendí diversos estilos de conducción o liderazgo. Algunos más conservadores, otros más innovadores, arriesgados, expeditivos, creativos, etc. diferentes pero todos estos, siempre pensando, si pensando en ser más competitivos, más organizados, más estratégicos, es decir agregando valor y contenido.
También conocí dueños y gerentes que son todo lo contrario, son lentos, burocráticos, concentran información, no saben delegar, operan sin ética, solo buscan el beneficio personal, no permiten el crecimiento, solo saben de individualidades, confunden liderazgo con autoridad y autoridad con autoritarismo, no perdonan errores, temen a la competitividad.
Estos dos modelos tan opuestos sufrieron grandes cambios en estos años, los "pro-desarrollo" debieron hacerse innovadores, debieron asumir riesgos, agudizaron su creatividad, reconceptualizaron su modelo de negocios, debieron pasar de de una economía de negocios a una economía del propósito, en la cual la propuesta de valor cobra una importancia estratégica desde lugar del talento humano, los negocios basados en esta economía, entienden que el futuro hará muy diferente los escenarios competitivos. Los otros modelos de gestión no saben innovar, solo evolucionaron y, evolucionar no es un sinónimo de mejora, estos modelos solo perfeccionaron sus sistemas y corren un enorme peligro, la extinción, por falta de valor.
Hoy al contenido de una organización lo hacen diversos recursos, entre ellos: el propósito, la inteligencia emocional de los líderes, el talento de las personas, los procesos adaptados a las necesidades de estos tiempos, un nuevo enfoque de la rentabilidad, las nuevas tecnologías; todo pasa a ser parte de una nueva forma de entender el mundo y la globalidad.
Mientras muchos deciden seguir creciendo con contenidos estratégicos competitivos, otros solo piensan en tener empresas como un "raviol de fonda, mucha masa y poco sesos".-
Comentarios
Publicar un comentario