.:Que Hablen:.
Cada vez que me siento con un cliente a trabajar en
comunicación publicitaria y medios escucho decir que la mejor publicidad es
“boca en boca”, es verdad, es el medio más confiable, incluso el estudio sobre
credibilidad global en la publicidad realizado por Nielsen lo muestra, casi el
90% de los encuestados en Latinoamérica dice creer en las recomendaciones de
otras personas, más que en los medios técnicos o tecnológicos. El gran problema
de esto es que ninguno de los que me dice que quieren el “boca en boca” sabe
exactamente lo complejo que es lograr que sea exitoso. Aquí les cuento
brevemente lo inmensamente complejo que puede llegar a ser lograr un “boca en
boca” exitoso.
A principio de este siglo se puso de moda, junto con la
explosión de la tecnología de las comunicaciones la palabra “viral”, esta
expresaba el concepto de hacer masiva y extensiva las ideas que proponían las
marcas a sus clientes objetivos, “viral” en esos años tomó la misma fuerza de
la palabra “like” (distintiva de las redes sociales), la viralización es un
objetivo que se centra en buscar que las personas compartan de forma inmediata
y en cadena el mensaje y los contenidos de las marcas, hacer que la gente se
disponga a compartir y a recomendar, esa es la idea central. Pero bien, esto no
es tan simple, ni tampoco es que cualquier persona que comparta la propuesta de
una marca o un mensaje hará que esto sea exitoso. Para que una acción sea
viral, se comparta y tenga éxito debe cumplir algunas reglas necesarias.
Para que un mensaje sea viralizado debe cumplir con tres
normas: “La ley de los especiales”, “El factor del gancho” y “El poder del
contexto”. Estos conceptos fueron propuestos por Malcolm Gladwell hace ya
algunos años, a pesar del desarrollo de la tecnología la formula sigue siendo
la misma y supone que no cualquier persona, argumento o lugar son propicios
para llegar al objetivo del “boca en boca”, otra norma es que la propuesta debe
tener un argumento que sea atractivo, mostrar beneficios inteligentes y, por
ultimo estar rodeado de un contexto propicio para lograr el interés de todas
las personas a las que se desea llegar, en resumen: Personas, Agentes y Entorno
casi lo mismo que las enfermedades virales.
La ley de los especiales es una interesante manera de
agrupar a aquellos perfiles necesarios para que den a conocer los mensajes,
estos “especiales” deben reunir ciertas características las cuales a simple
vista no son fáciles de detectar. Entre los especiales hay perfiles definidos
como: los conectores, mavens o vendedores natos. Los primeros son esas personas
que tienen relaciones reales con los demás y se encargan de hacer conocer estas
relaciones; los mavens son esas personas que están informados de todo y conocen
detalles de todo lo que está sucediendo sobre algún tema en particular o moda,
buscan ayudar a cambio de nada; por último los vendedores natos son esas
personas que a pesar de no conocer a las personas claves, son capaces de hacer
de una marca o producto una cosa deseable, esto les surge naturalmente,
demuestran las bondades y beneficios sin ningún esfuerzo; lo llevan en su ADN.
Lo que Gladwell definió como “el factor gancho” no es otra
cosa que el deseo oculto, como ya saben el deseo es el interés que una persona
tiene sobre algo, un buen gancho hace que el deseo se despierte en las
personas, es decir despierta el interés y mientras mejor desarrollado y
planificado está, mayor tiempo de atención logrará mantener. El contexto es un
mix de lugar y tiempo, el primero debe estar analizado bajo atributos bien
definidos, uno de esos atributos podría ser donde encontrar al público, por
ejemplo, una campaña de prevención por el cáncer de mamas lograría llegar con
mayor eficiencia en peluquerías femeninas, las mujeres deben pasar largas
horas, la necesidad de lectura y la disponibilidad de atención seria exclusiva
ya que no tendrían otra actividad que las entretenga o las condicione.
El tiempo se refiere al mejor momento, la campaña de
prevención podría estar enmarcada en una fecha como el día de la madre, momento
en el cual las mujeres están atentas a los mensajes.
Lo interesante de este proceso está en un factor clave, la
determinación de la ley de los especiales, son ellos quienes lograrán que el
mensaje sea escuchado y llegue. En la era del contenido, el mensaje debe
adaptarse a lo que cada uno de esos especiales quiera hacer con él, “like y
compartir” será el resultado de una campaña bien planificada. Lo que hace que
algo se haga masivo y penetre en las masas es este mix de especiales creíbles,
deseo representado y contexto real y apropiado.
Cada vez que me siento con un cliente a trabajar en
comunicación publicitaria y medios escucho decir que la mejor publicidad es
“boca en boca”, es verdad, es el medio más confiable, incluso el estudio sobre
credibilidad global en la publicidad realizado por Nielsen lo muestra, casi el
90% de los encuestados en Latinoamérica dice creer en las recomendaciones de
otras personas, más que en los medios técnicos o tecnológicos. El gran problema
de esto es que ninguno de los que me dice que quieren el “boca en boca” sabe
exactamente lo complejo que es lograr que sea exitoso. Aquí les cuento
brevemente lo inmensamente complejo que puede llegar a ser lograr un “boca en
boca” exitoso.
A principio de este siglo se puso de moda, junto con la
explosión de la tecnología de las comunicaciones la palabra “viral”, esta
expresaba el concepto de hacer masiva y extensiva las ideas que proponían las
marcas a sus clientes objetivos, “viral” en esos años tomó la misma fuerza de
la palabra “like” (distintiva de las redes sociales), la viralización es un
objetivo que se centra en buscar que las personas compartan de forma inmediata
y en cadena el mensaje y los contenidos de las marcas, hacer que la gente se
disponga a compartir y a recomendar, esa es la idea central. Pero bien, esto no
es tan simple, ni tampoco es que cualquier persona que comparta la propuesta de
una marca o un mensaje hará que esto sea exitoso. Para que una acción sea
viral, se comparta y tenga éxito debe cumplir algunas reglas necesarias.
Para que un mensaje sea viralizado debe cumplir con tres
normas: “La ley de los especiales”, “El factor del gancho” y “El poder del
contexto”. Estos conceptos fueron propuestos por Malcolm Gladwell hace ya
algunos años, a pesar del desarrollo de la tecnología la formula sigue siendo
la misma y supone que no cualquier persona, argumento o lugar son propicios
para llegar al objetivo del “boca en boca”, otra norma es que la propuesta debe
tener un argumento que sea atractivo, mostrar beneficios inteligentes y, por
ultimo estar rodeado de un contexto propicio para lograr el interés de todas
las personas a las que se desea llegar, en resumen: Personas, Agentes y Entorno
casi lo mismo que las enfermedades virales.
La ley de los especiales es una interesante manera de
agrupar a aquellos perfiles necesarios para que den a conocer los mensajes,
estos “especiales” deben reunir ciertas características las cuales a simple
vista no son fáciles de detectar. Entre los especiales hay perfiles definidos
como: los conectores, mavens o vendedores natos. Los primeros son esas personas
que tienen relaciones reales con los demás y se encargan de hacer conocer estas
relaciones; los mavens son esas personas que están informados de todo y conocen
detalles de todo lo que está sucediendo sobre algún tema en particular o moda,
buscan ayudar a cambio de nada; por último los vendedores natos son esas
personas que a pesar de no conocer a las personas claves, son capaces de hacer
de una marca o producto una cosa deseable, esto les surge naturalmente,
demuestran las bondades y beneficios sin ningún esfuerzo; lo llevan en su ADN.
Lo que Gladwell definió como “el factor gancho” no es otra
cosa que el deseo oculto, como ya saben el deseo es el interés que una persona
tiene sobre algo, un buen gancho hace que el deseo se despierte en las
personas, es decir despierta el interés y mientras mejor desarrollado y
planificado está, mayor tiempo de atención logrará mantener. El contexto es un
mix de lugar y tiempo, el primero debe estar analizado bajo atributos bien
definidos, uno de esos atributos podría ser donde encontrar al público, por
ejemplo, una campaña de prevención por el cáncer de mamas lograría llegar con
mayor eficiencia en peluquerías femeninas, las mujeres deben pasar largas
horas, la necesidad de lectura y la disponibilidad de atención seria exclusiva
ya que no tendrían otra actividad que las entretenga o las condicione.
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